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-Abrázame… -le dijo con una sonrisa y ojos esperanzados.

- Por supuesto… me encanta tenerte cerca y si pudiera no te dejaría nunca.- contestó mientras rodeaba el cuerpo de la joven con sus brazos.

Llevaban la mayor parte de la tarde observando el atardecer en uno de los acantilados de la costa. Los rayos naranjas del sol se reflejaban sobre la superficie del mar, al tiempo que las olas chocaban con las rocas trayendo consigo la blanca espuma y ramas secas.

La brisa fría jugaba con el largo cabello de la joven mientras que ella intentaba esconder su rostro en el pecho de su acompañante. Sus manos acariciaban la espalda, sus brazos y subían hasta rozar el cabello de su nuca.

- Prométeme que siempre me recordaras.- volvió a hablar pero esta vez viéndolo a los ojos con ternura.

- Siempre… aún si tú me olvidaras.- le respondió a su bella acompañante al tiempo que desviaba la vista. Sus ojos marrones se mezclaron con la luz del atardecer y su rostro no mostró emoción al terminar la frase.

Hubo un silencio demasiado largo aunque no incómodo. Quizá el sonido de las olas chocando con las rocas y el ulular de una lechuza cercana hacían que el ambiente fuera menos tenso.

- Jamás… yo te amo. - le susurro con su dulce voz al oído.

En ese momento ambas miradas se unieron perdiéndose cada uno en los ojos del otro.

Kiaramelo / Kiara Gonzales