Se había quedado parada, observando una estrella dibujada con tinta en la mano de un chico. No entendía el por qué de su fascinación; sin embargo, sentía que una historia interesante aparecería, que la persona que la llevaba no era común. Sin tiempo para dudar caminó hacia él, como si su cuerpo se manejara solo.
-Hola… - le dijo a duras pena con un tono rojizo en sus mejillas, ya que empezaba a estar consciente de los que hacía.
Él volteó hacia ella con una mirada extraña, esas miradas que se lanzan ante la sorpresa. Se quedo un momento quieto, observándola, como si tratara de recordarla de algún sitio.
-Hola, ¿te puedo ayudar en algo?- le respondió rápidamente con una sonrisa natural y un gesto ligero de preocupación.
-No, no es que necesite tu ayuda…es que sólo quería saludarte.- ella trataba de no pensar en nada, que sus palabras fluyeran, para así al final lograr salir victoriosa.
-¿Saludarme?- Se quedó boquiabierto. Se miraron por un largo momento sin nada que decir; ella con la boca ligeramente abierta, dispuesta a seguir hablando; él intentando entender lo que le estaba sucediendo.
